jueves, 27 de diciembre de 2012

Federación Regional de Antiguos Alumnos de Don Bosco <María Auxiliadora>  
BUENOS DÍAS
Juan, que pasaba semanalmente por la parcela de su vecino Pablo, quedaba admirado de la salud y belleza que tenía su plantación, en la que comenzaba a aparecer los primeros frutos.
Cierto día Juan se decidió a preguntarle:
-Pablo ¿qué abono le echas a tu plantación para que esté tan frondosa?
Pablo le respondió con amabilidad:
-Uso el “abono del amor”.
Pasada una semana, al volver a pasar por la parcela de su vecino Pablo, le comentó:
-Pablo he buscado por algunas droguerías y no conocen el abono que me dijiste.
Pablo, con una sonrisa burlona, al mismo tiempo que cariñosa, le contestó:
-Amigo Juan, perdona mi broma, pero el “abono del amor” no se vende en las droguerías. El secreto de mi plantación es el trabajo diario, el cuidado y la dedicación con cariño; limpio el terreno, quito las malas hierbas, desecho las plantas deterioradas, en definitiva, le doy todo mi amor a mi plantación y ella me responde así de generosa con una buena cosecha.
El testimonio de Pablo con su plantación debe servirnos como ejemplo en nuestra relación no sólo con nuestros seres queridos, sino con todo aquel que nos rodea, entregando nuestra dedicación, nuestro esfuerzo, nuestro cariño, para hacer felices a los demás.
Decía Don Bosco… A los jóvenes no sólo se debe amar, sino deben sentirse amados.
Es una realidad que el amor con amor se paga y así debemos hacer realidad lo que nos dijo Jesús:
“Amar a los demás como a vosotros mismos”.
«La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que han de sostener nuestras vidas»
                           

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