jueves, 27 de febrero de 2014

DON BOSCO Y SU OBRA

¿QUE VALE LA OBRA SALESIANA?
                Departía amistosamente no hace mucho tiempo nuestro santísimo padre León XIII con algunos Cardenales y Prelados de los que suelen rodearle, y sin saberse cómo ni por qué, rodando la conversación, vino a girar sobre Don Bosco y su Obra, emitiendo cada uno de los circunstantes su parecer. Cuando los presentes hubieron dicho lo que estimaron oportuno, León XIII tomó la palabra, mostrándose en sus razones, pensador como siempre y filósofo profundo. «La obra de Don Bosco, dijo, es a no dudarlo, extraordinaria; excede a las fuerzas humanas, pues no se concibe que un hombre solo, desprovisto de medios materiales, un sacerdote pobre y humilde, haya podido hacer en breve tiempo, que breve tiempo son treinta o cuarenta años, las maravillas que asombradas contemplan Europa y América. Ahora bien —continuaba el Papa con su lógica irresistible—, lo sobrehumano ha de ser necesariamente o diabólico o divino; sus tendencias y resultados manifiestan clarísimamente si es lo uno o lo otro. Lo que tiende a propagar y afirmar el reinado de la soberbia, no puede calificarse sino de diabólico; así lo es la Revolución con sus falsos milagros. Lo que por la inversa se dirige a extender y consolidar en el mundo el imperio de la humildad y de la caridad, o sea, la soberanía de Dios, debe llamarse divino. El dedo del Altísimo se descubre por lo mismo patentemente en la Obra Salesiana, toda vez que su fin es Cristo, su regla Cristo, y Cristo el arma con que lucha; va sembrando por donde quiera abnegación, mortificación y amor; y trabaja por la causa de Dios, y no por los intereses terrenos del hombre».
             Esta bella anécdota, de cuya veracidad no podemos dudar, porque persona merecedora de entera fe nos la ha referido, da la clave segura para apreciar en su justo valor la Obra Salesiana. Por nuestra parte, no haremos otra cosa que desenvolver el argumento contenido en el incontestable razonamiento de León XIII.
                                                                                                                                     Cardenal Espínola

viernes, 7 de febrero de 2014

SALUDO DE DON BOSCO

(Palabras de don Bosco en el Encuentro de Exalumnos del 13 de junio de 1885) “Una cosa, por la que, desde ahora, debemos dar gracias al Señor y que constituye mi mayor consuelo, es que a donde quiera que voy, siempre oigo cosas buenas de vosotros; en todas partes se habla bien de mis antiguos hijos…” “Seguid por el buen camino que vais recorriendo desde hace tantos años, de tal modo que podáis estar contentos de haber venido aquí; también don Bosco se sentirá satisfecho y podrá gloriarse de que aquellos jóvenes a quienes un día amó tanto, una vez hechos hombres, han sabido conservar y practicar las enseñanzas que recibieron de sus labios. Erais un rebaño pequeño que ha crecido, ha crecido mucho, y se multiplicará todavía más. Seréis la luz que resplandece en medio del mundo, y con nuestro ejemplo enseñaréis a los demás cómo hay que hacer el bien y aborrecer y huir del mal. Estoy seguro de que seguiréis siendo el consuelo de don Bosco. Queridos hijos míos, que el Señor nos ayude con su gracia para que podamos un día encontrarnos todos en el Paraíso” “Una cosa os recomiendo sobre todo, mis queridos hijos, y es esta: donde quiera que os encontréis, mostraos siempre buenos cristianos y honrados ciudadanos…” (Palabras de don Bosco tomadas de las Memorias Biográficas)

DON MARCELO Y DON BOSCO